Los que han nacido bajo el signo del Aguador son una extraña mezcla de soñador y pragmático que sabe moverse por la vida sacudiendo la existencia de aquellos que le rodean. Con ese fin son espontáneos e improvisan cada uno de los pasos que dan en la vida. Creen en la fuerza de las pasiones antes que en las visiones de la inteligencia.
Por ello, cuando un Acuario pone sus ojos en un Sagitario no saltan chispas ni se encienden pasiones, pues para este signo no hay nada menos atractivo que alguien que sigue los mandatos de la razón, la planificación y la cautela.
Los que han nacido bajo el signo del arquero están muy, pero muy alejados de Acuario. Para Sagitario sólo cuenta lo que rinde los frutos esperados. Son personas obsesionadas con el futuro, y que por ello no se salen un milímetro del camino que han trazado previamente.
No hay nada más aburrido para Acuario que alguien que no sabe vivir espontáneamente. Entre estos dos sólo puede haber una de esas amistades que se fundan en los contrastes, pero el amor está hecho de otras materias, y con tan poco común es muy poco probable que surja entre ellos algo más que cierta curiosidad.
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